“Cuando hemos realizado la tarea que hemos venido a
hacer en la Tierra, se nos permite abandonar nuestro cuerpo, que aprisiona
nuestra alma al igual que el capullo de seda encierra la futura mariposa.
Llegado el momento, podemos marcharnos y vernos libres del dolor, de los
temores, y preocupaciones; libres como una bellísima mariposa, y, regresamos a
nuestro hogar, a Dios”. Elisabeth Kübler Ross
Jorgelina es la jefa de terapia, pelo rubio, largo,
cerca de 35 años, ojos grises, su belleza contrasta con la realidad de terapia
intensiva de una clínica de salud neuquina.
Se desliza entre los enfermos, intentando despertarlos, sanarlos, curarlos, estimularlos y reconfortarlos.
Se desliza entre los enfermos, intentando despertarlos, sanarlos, curarlos, estimularlos y reconfortarlos.
David, jefe de enfermeros, robusto, morocho, va y viene por el pasillo intentando resolver los miles de contratiempos que surgen en el día a día.
Haydeé, secretaria, alta, pelo largo negro
azabache, guardapolvo blanco y sus pasos cansados de caminar organizando
llegadas, partidas…
Matías, rubio, no llega a los cuarenta años, médico
de terapia, también médico de la cárcel. Correcto, en el momento de dar los
partes médicos, se nota su especialización como clínico.
Isabel, la portera, contiene, abraza, y llora con
nosotros.
Los enfermeros Ana, Adriana, Betty, Alejandro,
Yamila y Jesús. Es muy fuerte dejar en manos de Jesús, como suelo decirle en
las guardias que está a cargo de Zulema, mi mamá.
Zule, tuvo el 23 de agosto un paro
cardiorespiratorio, llegó sin signos vitales al hospital Castro Rendón, la
resucitaron y la trasladaron a Ados, ya que no tenían respiradores disponibles.
La palabra que sentía todo el tiempo de esas horas
interminables era INDIGNIDAD…todo me sonaba así, que la trasladaran a otro lado
sin siquiera avisarnos, mientras esperábamos en la guardia… ver salir la
ambulancia, sin imaginar que ahí estaba mi mamá fue tremendo.
Pero, sé que todo tiene un por y para qué…no creo
en las casualidades, sé que las causalidades entretejen los hilos que nos
conducen a lo que aceptamos transitar antes de llegar a esta vida.
Con el paso de los 50 días aprendí el significado
de la DIGNIDAD de quiénes sostienen un sistema que recibe a pacientes de Pami,
nuestros adultos mayores, y sólo el compromiso y dedicación hace que todavía
funcione.
La mamá de Paolo camina por el pasillo de los
suspiros de la Cooperativa Ados de salud…sus pasos rápidos no coinciden con su
rostro cansado, en el que día a día enfrenta cada parte médico, esperando,
esperando que se abra la puerta verde claro de terapia intensiva. La puerta que
la separa de su hijo de 26 años.
Paolo, en el último año de secundario tuvo un golpe
en una pierna, se le hizo un hematoma, estuvo anticoagulado un año, y a partir
de allí, se afectó un riñón. Diálisis, lupus, la pérdida de un riñón en estos
tiempos, paros cardiorespiratorios, un pequeño daño cerebral producen quizás
que Paolo no despierte.
La hija y el nieto de Donatila sentados en el
banco de metal y cuerina negra gastada esperan que les den el informe y
permitan la visita, no sin antes pasar por el ritual del jabón desinfectante
color caramelo, la toallita de papel marrón, el alcohol en gel y dejar la
canilla abierta para el que le sigue en el turno.
En terapia, todo tiene otro significado, estamos en
carne viva, sentados, esperando que se abra la puerta y nos den los informes,
esperanzados de que mejoren…
Nos permiten visitar a Zulema cuatro veces por día,
en los horarios del desayuno y merienda y los dos horarios de visitas.
Horarios que son tesoros para nosotros, en el que
intentamos despertarla y traerla de vuelta con nosotros mediante flores de
Bach, aromaterapia, música sanadora, efecto Mozart, rezos y meditaciones de
distintas religiones, ya que mamá fue budista, pero en los últimos años abrazó
nuevamente el catolicismo, demostrando que todo es lo mismo.
Tiene otro paro, en el que solicitamos que en caso
de repetirse, no la resuciten.
Creemos en la vida y en la muerte digna. Dos shock
sépticos, desgastan las posibilidades de recuperarse.
Lo único que pedimos, es estar junto a ella, que se
vaya tomada de la mano, y escuchando todo lo que la amamos.
El sábado a las 8.28 mamá abandona su capullo, con
un último suspiro, y en paz.
Tuvimos
el privilegio de estar ser parte del círculo de la vida, ser parte de este
momento sagrado, y soltarla en amor para que siga su evolución.
Una mujer
extraordinaria; quizás su único error fue adelantarse en el tiempo…tendría que
haber nacido en otra época.
Vivió intensamente, haciendo siempre lo que quiso…sin importarle lo que opinara el resto.
Siempre pendiente de su familia y de las personas que amaba.
Tan actual, que Facebook, twitter, skype, eran recursos para seguir conectada con el mundo.
Vivió intensamente, haciendo siempre lo que quiso…sin importarle lo que opinara el resto.
Siempre pendiente de su familia y de las personas que amaba.
Tan actual, que Facebook, twitter, skype, eran recursos para seguir conectada con el mundo.
Uno elige
cuando viene y cuando se va, ahí te vemos partir, caminado lentamente por el
pasillo de los suspiros…
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